Volver... sin la frente marchita

Recorrer viejos escritos, unir lecturas a momentos vividos, rememorar situaciones pasadas... Cada vez que paso por acá me ataca una oleada de sentimientos, una marea negra que nubla el entendimiento y me tiene a su merced.

Ha pasado tanto tiempo, que no recordaba el camino de regreso. Nace, como siempre, de un pequeño hecho, un resquemor, una picazón interna que empieza a crecer sin motivo aparente.

Y aquí estoy. El placer de comprobar que algunas profesías mentales se han cumplido, no me lo quita nadie.